Sobre mí.

Mi nombre es Prado y soy la persona detrás de My Escape Pottery. Sin embargo, permíteme compartir un poco más sobre mí para que entiendas qué me ha llevado a este punto.

Durante casi dos décadas, he trabajado como ingeniera informática, dedicando mi tiempo y habilidades de manera profesional en esta área. A nivel personal, siempre he sentido fascinación por el arte y la artesanía, especialmente la pintura, aunque más como un pasatiempo que como una ocupación a tiempo completo.

El punto de inflexión llegó con la pandemia y el consiguiente confinamiento. El teletrabajo, las videoconferencias, las clases en línea de mis hijos: la digitalización parecía dominar mi vida por completo. Sentí la urgencia de trabajar con mis manos sin necesidad de usar un ordenador, de volver a lo tradicional y escapar ocasionalmente del mundo digital sin salir de casa, al mismo tiempo que entretenía a mis hijos.

Fue entonces cuando surgió algo más grande, y de ahí el nombre de My Escape Pottery: una manera de presionar mentalmente “ESC” durante aquellos meses. Al mismo tiempo creé una cuenta de Instagram dedicada a esta faceta de mi vida en la que comencé a publicar mis avances y que me permitió conocer a gente que compartía su trabajo a través de este canal.

Inicié clases presenciales tan pronto como fue posible, rodeándome de talentosos artistas y personas excepcionales que compartieron sus conocimientos y me animaron a seguir adelante.

Finalmente, adquirí un horno y, a partir de ahí, todo cobró impulso. Poco a poco, monté un pequeño taller en mi casa, mi propio rincón de felicidad, donde dar vida a My Escape Pottery.